domingo, 8 de abril de 2012

Tite Curet Alonso - Alma de Poeta

 

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Fue en 1977, en el restaurante del viejo San Juan “Bombonera” que vi a un hombre sentado en el mostrador portando un tradicional sombrero de paja. C. Curet Alonso llevaba un cuaderno y una grabadora cuando me senté a su lado. Era un hombre reservado, difidente y tímido - al menos hasta que empezamos a hablar sobre "Esto Sí Es Lo Mío" de Ismael Rivera. Fue ahí que apareció un brillo en sus ojos, una sonrisa en su rostro. Nos hicimos amigos hablando sobre Maelo, la plena y la bomba, la pobreza y la raza, la política, la religión y la música.
Curet puso su sello personal en una época revolucionaria para la música latina. Sus composiciones hacían resaltar las mejores cualidades de sus intérpretes. Entre sus muchas obras maestras se encuentran “Periódico de Ayer” y “Juanito Alimaña” de Héctor Lavoe, "Anacaona" de Cheo Feliciano, “La Abolición” de Pete El Conde, "El Eco Del Tambor" de Andy Montañez, “Isadora Duncan” de Celia Cruz y “La Tirana” de La Lupe.
El nombre de Curet aparecía por todos lados, dándole prestigio a cientos de discos de algunos de los artistas latinos más importantes de las décadas del '60, '70, '80 y '90. Escribió más de 2,000 canciones, revitalizando las carreras de artistas como La Lupe, Cheo Feliciano y Frankie Ruiz. Fue el compositor más buscado de toda la música tropical. Sus canciones eran éxitos garantizados, y hoy son reconocidas como clásicos.
"Había que sacar número y hacer fila para esperar", dijo Rubén Blades cuando Curet falleció. "Sus canciones eran capaces de revivir una carrera, y por lo tanto la gente se peleaba por conseguir un nuevo tema de Tite", recordó el cantautor panameño, cuya interpretación de "Plantación Adentro" fue un éxito memorable.
Curet contribuyó a la creación del movimiento salsero que estaba haciendo historia con el ritmo de la clave en las calles de Puerto Rico y Nueva York. Sus canciones inspiraron fe y esperanza, solaz y alegría durante un tiempo de turbulencia social. A través de su extenso cancionero, Curet fue el narrador musical de los acontecimientos de su época, del orgullo nacional, el romance y la religión. Reflejó el rostro de una comunidad que buscaba respuestas.
Su talento para componer se extendió más allá de las fronteras caribeñas, alcanzando a México, Venezuela, Paraguay, España y Brasil - país al que reconoce por haber recibido su mejor educación musical de "los hechiceros del semitono". Su merengue para Los Hijos del Rey “Yo Me Dominicaniso” causó mucho ruido, mientras que la versión de Tony Croatto de “Cucubano” fue un éxito - grabada posteriormente por Menudo. Desde Chucho Avellanet hasta Nelson Ned, Tite Curet Alonso fue una figura importante para el repertorio de muchas estrellas latinas.
A través de esta compilación, la música de uno de los más importantes compositores puertorriqueños del siglo XX vuelve a la luz luego de una ausencia de 14 años en Puerto Rico. Este disco doble con 30 de los temas más queridos del compositor es indispensable para los coleccionistas. Sus canciones desaparecieron del mercado desde 1995, debido a un contrato con una sociedad de derechos de intérpretes que Curet firmó - creando una capa innecesaria de burocracia entre las estaciones de radio, las organizaciones de derechos de autor y los compositores.
"Una generación entera quedó privada del genio de este notable compositor", señala Jaime Torres Torres, periodista musical de El Nuevo Día.
Esta compilación refleja varios de los temas favoritos del maestro. Curet estaba orgulloso de su habilidad para escribir periodismo, señalando el uso moderado de adjetivos para crear un éxito. Tite Curet escribió para periódicos, revistas, fue conductor de programas radiofónicos y después escribió guiones de teatro y televisión - así como canciones infantiles.
Estudió para ser farmacéutico, pero a través de un tío que tenía una imprenta se encontró con el periodismo, escribiendo columnas y ensayos que después alimentarían su musa musical. Curet trabajó casi toda su vida para la oficina de correos de los Estados Unidos - nunca se apoyó en la industria de la música para sobrevivir, ni siquiera en la cúspide de su popularidad. De esta manera, era un hombre orgulloso. Un boricua negro que expresó sus raíces en papel y volcó su corazón en la canción.
Tuvo una vida difícil. Nació en el pueblo de Guayama, Puerto Rico, el 26 de febrero de 1926. Su padre enseñaba literatura y tocaba en la banda municipal de Simón "Pin" Madera. Las parejas y los solteros desfilaban en las plazas cerca de las iglesias y los edificios de gobierno, donde las glorietas cobijaban a los músicos de los rayos del sol.
Sin embargo, sus padres se divorciaron, trasladando al joven Curet al barrio obrero. Esas calles peligrosas cerca de los barrios de Tokio, El Fangito, Tras Talleres y Puerta de Tierra fueron los últimos fuertes de la resistencia proletaria, dando nacimiento a algunos de los talentos más grandes de la isla. Tito Rodríguez, que después grabaría el tema "Tiemblas" de Curet, vivía en la misma cuadra que el aspirante a compositor, así como el director de orquesta Rafael Cortijo que apareció en “Se Escapó Un León", el cantante Gilberto Monroig y el conocido compositor Rafael Hernández.
Un hombre curtido en una época de resistencia a las normas de la sociedad, Curet fue testigo de la rabia internacional en contra de la guerra de Vietnam, y la tempestad de cambios sociales y civiles que ocurrieron durante los '60 y '70. Este intenso clima histórico influenció la vida y obra del compositor.
Curet estudió música de adulto. Cuando le pedían una canción, estudiaba la voz, el tono y el timbre del cantante, enfatizando su fraseo, dicción y enunciación. Sus versos eran medidos, pero repletos de ironía, conflicto y astucia. Su estudio de solfeo y teoría musical lo ayudaba a componer melodías, compases líricos y arreglos musicales que aumentaban el trabajo de los orquestadores. Los artistas que lo utilizaban eran sujetos a su escrutinio - parte del poder y la magia que incluye el proceso creativo de la canción.
La madre de Curet era costurera, pero desde temprana edad abocó por los derechos de la mujer. Curet pudo escribir sobre las mujeres con una sensibilidad y perspectiva femeninas que cambiaron el tono de las canciones amorosas - desde tórridas baladas para cortarse las venas, hasta poderosos himnos de independencia.
“La Gran Tirana”, por ejemplo, no es el tipo de tema en el que la mujer se queda aunque sea maltratada. Por el contrario, tenemos aquí a una mujer que se pone los pantalones y se regocija al haber sido abandonada. Escrita originalmente para un cantante masculino, fue transformada en un acto de inolvidable agresión por Lupe Victoria Yolí. En 1968, este éxito encendió la carrera comercial de Curet y revitalizó la profesión de La Lupe. La primera oportunidad de Curet había llegado en 1965, con el tema "Efectivamente" y la interpretación de Joe Quijano.
Su admiración por el cantante Cheo Feliciano lo llevó a cumplir un importante papel en el regreso de Cheo como artista solista. El consiguiente disco de 1971 para la Fania cosechó cinco éxitos, entre los cuales se encuentra el clásico "Anacaona".
A través de Cheo, Curet narró el cuento folklórico de la valiente Anacaona, una reína taína de la República Dominicana que habla sobre su larga lucha por la libertad de la esclavitud. Sabiendo que ésta sería una metáfora sobre la propia dependencia de Cheo, Curet compuso el tema en el estilo propio del cantante. El pianista Larry Harlow interpreta uno de los mejores solos de su carrera acompañado por Orestes Vilató en timbales. El gran Louie Ramírez presenta un fluido solo de vibráfono, con la presencia de Bobby Valentín en bajo, la conga rítmica de Johnny Pacheco y la campana de Johnny Rodríguez, en una sesión histórica - tranquila pero rebosante de swing.
Richie Viera, que creció en la disquería de su padre, recuerda las muchas horas que Tite Curet pasó en un cuarto del local donde escribía canciones y su columna para el periódico. "Llegaba todos los días con una bolsa de plátanos, alcapurrias o bacalaítos. Traía suficiente comida para todos, antes de sentarse en la oficina de atrás con una máquina de escribir. Yo lo observaba, viendo como una línea de una canción inspiraba el comienzo de otra. Tiraba la cabeza para atrás y empezaba a ladearse".
La dignidad nacionalista africana es un tema recurrente para Curet, que escribió desafiantemente sobre la lucha de una cultura mulata tratando de florecer y progresar dentro de una estructura estadounidense. Pete 'El Conde' Rodríguez lo dijo mejor en “La Abolición”: la abolición de la esclavitud no significa la libertad.
Con el éxito de 1975 de Ismael Rivera “Caras Lindas”, Curet nos presenta los rostros multicolores de las muchas tribus que vivieron en la isla, expresando su dolor. Las caras lindas de mi raza prieta/Tienen de llanto, de pena y dolor, en versos que abarcan clases sociales, razas y géneros. Rivera transforma “Caras Lindas” en un himno, fraseando versos con su estilo rítmico, acompañado de un arreglo con riffs de blues en los trombones.
Curet combate los temas sociales de su época con lamentos líricos, pero dentro de un formato bailable. En una oportunidad, sus amigos Rafael Viera y Franklin Hernández le presentaron en un restaurante al músico y cantante Billy Concepción. Concepción había sido colocado en una lista negra por la industria de la música, y no podía encontrar trabajo. Padre de seis hijos, le cuenta sobre la insostenible sensación de tener el mundo arriba de sus hombros. Curet inmediatamente tomó su pluma y escribió “Lamento de Concepción” en una servilleta. Concepción eleva la vista al cielo/Va gritando hay niños que mantener. Expresando así el sentimiento universal de impotencia al no poder mantener una familia.
Billy Concepción dejó Puerto Rico y se fue a Nueva York, rescatado por Cortijo, que lo llevó de gira. La versión de Roberto Roena tiene un engañoso swing, lleno de funk, alternado con pasajes pastorales de samba que delatan la dimensión trágica del relato.
“Galera Tres” habla sobre la injusticia que yace detrás del sistema judicial. Un joven Ismael Miranda muestra su credibilidad callejera en esta canción de protesta contra la violencia en las cárceles. "Galera Tres" aparece por primera vez en un disco de Marvin Santiago, sin el nombre de Curet. El compositor eligió poner el nombre de la esposa de Santiago, para que ella pudiera recibir regalías mientras Marvin permanecía en la cárcel.
Curet escribió muchas canciones celebrando la vida, la música y el tambor. “Evelio y la Rumba” es parte de esta colección, junto a otros temas como “El Primer Montuno”, interpretado aquí por la banda de Andy Harlow. Con el aporte de la orquesta de Willie Rosario, “La Esencia del Guaguancó” se deleita en este ritmo cubano.
Las composiciones religiosas de Curet incluyen “Tengo El Idde”, con Celia Cruz y Johnny Pacheco. Advirtiendo a los odiosos sobre su escudo espiritual, las palabras de Curet reflejan los rituales sagrados de las comunidades pobres.
En temas del amor, Curet puede sonar despechado, como en el "Periódico de Ayer" de Héctor Lavoe, o vengativo, como en
"Aquella Mujer" interpretado por Bobby Valentín. "Piraña" condena a otra mujer que es repudiada y deseada a la vez. Pero Curet también puede sonar lujurioso, como en "Las Mujeres Son De Azúcar" de la Sonora Ponceña.
Blanca Rosa Gil expresa la fuerza de su amor en “Fue Por Mi Bien” con tanta pasión, que uno casi siente lástima por el pobre tipo que acaba de dejar. El arreglo lánguido y suntuoso detrás del grito racional de Blanca buscando una amistad en vez de amor, coloca al compositor en la actitud femenina de una reconciliación platónica. Por otro lado, Sophy suena coqueta, tímida y liberada en “Amor y Tentación”.
Durante sus últimos años, Tite Curet Alonso dejó Puerto Rico para estar con su familia en Baltimore, Maryland. El 5 de agosto de 2003, murió de un ataque al corazón. Tenía 77 años. El Instituto de Cultura Puertorriqueña lo veló como un héroe. Fue enterrado en el cementerio Santa María Magdalena de Pazzis en San Juan. Rubén Blades suspendió su gira de despedida para presenciar el funeral. Cheo Feliciano, uno de sus mejores amigos, fue uno de los muchos portaféretros.
Dicen por ahí que, al igual que el coquí típico de la Isla del Encanto, Tite Curet Alonso murió cuando no pudo más sentir el calor de su adorada isla.
Compilado por Nelson Abreu. Escrito por Aurora Flores, escritora y directora de la agrupación Zon del Barrio. Editado por Ernesto Lechner. Fuentes

 

CD 1

1. Willie Colon - Piraña (5:15)

2. Andy Harlow - El Primer Montuno (4:39)

3. Willie Rosario - La Esencia Del Guaguancó (3:34)

4. Tommy Olivencia - Evelio Y La Rumba (5:34)

5. Bobby Valentín - Aquella Mujer (4:36)

6. Sonora Ponceña - Las Mujeres Son De Azúcar (6:29)

7. Roberto Roena - Lamento De Concepción (6:46)

8. Rafael Cortijo & Ismael Rivera - Se Escapo Un León (3:10)

9. Ismael Miranda - Galera Tres (6:01)

10. Ismael Rivera - Las Caras Lindas (7:10)

11. Celia Cruz & Johnny Pacheco - Tengo El Idde (4:58)

12. Pete "El Conde" Rodríguez - La Abolición (5:22)

13. Cheo Feliciano - Anacaona (4:10)

14. Willie Colon & Mon Rivera - Pena De Amor (4:24)

15. Héctor Lavoe - Periódico De Ayer (6:44)

 

CD 2

 

1. La Lupe - La Tirana (3:02)

2. Cheo Feliciano - Enfriamiento Pasional (3:50)

3. Vitin Avilés - Temes (3:03)

4. Larry Harlow & Ismael Miranda - Ayer Me Entere (3:56)

5. Blanca R. Gil - Fue Por Mi Bien (2:19)

6. Tommy Olivencia - Como Novela De Amor (3:59)

7. Roberto Yanes - Ante La Ley (2:10)

8. Carmen D. Dipini - Lluvia De Verano (2:57)

9. Santitos Colon - Fiel (3:46)

10. Sophy - Amor Y Tentación (2:21)

11. Willie Rosario - No Llores Corazón (4:51)

12. Celines - Hubo (3:09)

13. Bobby Valentín - Copas De Soledad (3:36)

14. Sonora Ponceña - Mi Corazón Que Te Amo (5:20)

15. La Lupe - Puro Teatro (2:55)

16. Ray Barretto - El Hijo De Obatala (4:59)


 

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